La sonrisa, es la luz de nuestro rostro, la que nos abre muchas puertas, la que genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los demás.
¿Ha quien le ha pasado, que en un día o momento triste llega otra persona, que en ocasiones sin conocerte, te regala una sonrisa?
He aprendido que todas las personas deben ser recibidas con una sonrisa.
Aun recuerdo aquel día nublado, que se iluminó con una sonrisa de un pequeño. Iba triste, casi llorando, pensando en las cosas que me habían pasado. Ese ángel de 4 años aproximadamente, me vio y sin conocerme me dio el más hermoso regalo que pude haber recibido en esos momentos, Su sonrisa. Era pura, sincera, natural y positiva que me levantó el ánimo y mejoró rotundamente mi día.
Desde ese momento me di cuenta de lo importante y benéfico que es sonreír, porque
Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella.
Nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo.
Es el símbolo de la amistad.
Una sonrisa da reposo al cansado.
Anima a los más deprimidos.
No se puede comprar, ni prestar, ni robar, pues es una cosa que no tiene valor, hasta el momento en que se da.
Y si alguna vez se tropieza con alguien que no sabe dar una sonrisa más, sea generoso, dele la suya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no puede dársela a los demás.